30 de noviembre de 2007

De Poetas y Locos...

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Algunos dicen que mató a su madre por puta.
Otros dicen que mató al amante de la madre, por hijo de puta.
Nadie sabe bien.
Él sólo dice que se crió en un reformatorio y se ufana de haber tenido de profesores a Alfonsina Storni y a Borges. Es un lector ávido y lee con igual fruición la Guía Telefónica de Bs. As., el horario de trenes de París, La interpretación de los sueños de Freud, el Manual del alumno Bonaerense o el Corán.
Habla con la propiedad de quien abarca todos los temas, pero se manda increíbles perogrulladas que explica con verdadero espíritu y énfasis docente.
Cuando supo que estudiaba Letras me regaló
10 tomos rojos, preciosamente encuadernados, de la Enciclopedia Labor y otros dos, fotocopiados, de Ensayo de un Diccionario de la Literatura que guardaba entre sus tesoros.
Vive de changas. Es pintor de paredes, carteles y vidrieras pero también pinta murales a pedido. Fabrica y vende espantosas vírgenes de yeso de hábitos filosos y rostros inexistentes que acepté con religioso sacrificio he hice desaparecer con culpable disimulo.
Es alto. Canoso de pelo y barba, usa ropa que le regalan y viste una prenda sobre otra, como un imperfecto hojaldre, para ir descartando la que ensucia y no tener que lavar. Si salpica sus zapatos con pintura, los empareja con prolijas pinceladas hasta que otra pared u otra puerta deciden la nueva tonalidad con una libertad creadora digna del camaleón cortazariano.
Alterna su sombrero Piluso con otro de campesino chino. Es afable, educado y discreto . Ausentado por unos días, se presentó para avisar que un perro le había mordido un testículo y resigné su intención de mostrarme el magullado escroto conteniendo la risa; dije que no hacía falta, soy creyente.
Lo hemos empleado muchas veces, pero trabaja sólo cuando necesita dinero y en cuanto junta su moneda, desaparece para gastarla. Un día cualquiera, cuando la necesidad lo obliga, se presenta, trabaja, cobra y vuelve a perderse en cumplimiento de su particular ciclo vital.

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Lleva desaparecido un tiempo y no sé por qué lo recuerdo ahora. Tal vez porque Ranulfo, el nuevo operario, también anda con un pincel en la mano y un libro en la otra.
Pequeño y oscuro tiene apariencia y hermetismo de gurka; no sé si habrá matado a alguien, aunque no parece.

Me pregunto si tenemos una rara habilidad para atraer gente extraña o si es esa gente la que no se siente tan extraña entre nosotros.



Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves…
Balada para un Loco. Horacio Ferrer

28 de noviembre de 2007

Birthday

- Insupportable - W.R.
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Cuando lo llamé, estaba viendo el partido Barcelona/Lyon y, entre distraído y fastidiado, apuró la despedida diciéndome gol en vez de chau.
Abandoné la cancha con una sonrisa.
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No lo molestábamos cuando decía “estoy pensando” y así aprendí que pensar era una actividad importante.
No lo interrumpíamos cuando pintaba, esculpía, tallaba, escuchaba música o leía, y así aprendí de la armonía.
Supe de colores y proporciones, me aficioné a la lectura y me familiaricé con Tchaicovsky y Sinatra sin que jamás pusiera en mis manos un pincel, un lápiz o un libro. Apasionado por las artes, el fútbol y el remo, el cine y la política, la religión y la filosofía, vivió siempre montado en realidades paralelas, transgrediéndolas. Dos dimensiones que podía compatibilizar perfectamente, tal vez porque en una de ellas mi madre organizaba el caos.
Ahora, su pasión que no envejece, ha fusionado todo en un nuevo microcosmos que se rige por constelaciones de dibujos misteriosos y por leyes creadas para ser desobedecidas. Su tiempo no conoce de horas ni compromisos y llamarlo el día después de su cumpleaños preocupó más a R. que a mí.
Ni él ni yo damos demasiada importancia a las fechas ni agendamos momentos, por eso creo que lo sorprendió el llamado inoportuno.
Y tiene razón.
Después de todo ¡cómo podría celebrar una edad que nunca ha de alcanzar!
Feliz cumpleaños. Cualquiera sea.
Y como seas.
También aprendí a quererte así.
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They say it's your birthday/ We're gonna have a good time/ I'm glad it's your birthday/ Happy birthday to you.
Birthday- Lennon/Mc Cartney

19 de noviembre de 2007

Inventario, Memoria y Balanza

A un examen final o a una bronca mayúscula me suceden, generalmente, ataques de orden y limpieza.
Creo que mis placares están necesitando un poco de adrenalina.



En el amor el que gana, pierde.
En la balanza el que pierde, gana.
Hoy me llevo el punto del empate.



17 de noviembre de 2007

La eternidad se nos acaba


La mañana despierta con un sol suavecito y
el café que preparo va preludiando el goce desde su aroma; me entrego sin culpas a la fiaca. Ocio productivo, digo, no sé quién habrá acuñado el término pero justifica mi lectura de Sabines

En el paraíso no ocurre nunca nada

Una paz descendida de no sé donde se instala en los rincones porque sabe. Saberla yo, a ella, le da consistencia y conciencia de fugacidad.

Esto es urgente porque la eternidad se nos acaba.

Y se acaba porque llega la palabra que no quiero escuchar.

Resígnate. No puedes hacer más

Comienzo a barrer deshilachados pedazos de paz y los junto con los restos de mi sonámbula voluntad vencida por un bombón.
Anoche, a las 3.

No debiera sorprenderme la malsana contundencia de las cosas pequeñas.
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(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)

13 de noviembre de 2007

Gripe, Birra y Faso

Q. llama diciendo que vendrá al mediodía a despedirse.
Llueve a cántaros, hace frío, tengo gripe y debo salir a comprar algo para los chicos, urgente. Para qué le habré dicho que con el pantalón de V. iban unas cosas para sus niños. Me gusta regalar y elegir pensadamente cada regalo, pero tengo poco tiempo y nada de ánimo.
Debe ser la fiebre.
Con el fin de abreviar el trámite, decido que un par de chucherías y unas remeras con inscripciones alusivas a la ciudad (que fue la de ellos), estará más que bien.
Elijo fácil y rápido una estampada con Winnie the Pooh para la nena; con el varón la cosa se complica. Tiene 10 años, hace tiempo que no lo veo salvo por fotos, los talles no son fieles, los colores no me gustan y parece medio chica.
Mejor una medida más, la ropa se usa holgada y el próximo verano europeo podrá usarla sin problema.

De un talle a otro salto, sorpresivamente y sin escalas, varias fronteras generacionales.
El osito cuelga su pote de miel allá en el perchero de los 6 y, a partir de los 12, Homero Simpson con su panza y su vaso llenos de cerveza invitan al trago; Bob Marley hace lo propio, porrito en mano, debajo de la palmera. De ahí en más todas las variantes imaginables: decálogo del buen borracho, porrones coronados de espuma, hojas de marihuana, chalas humeantes, etc.
Surf, playa y sol asociados sin eufemismos al pasala bien, viví el momento, clavate una birra, fumate un caño, transate una mina y en el medio de mi pecho la República Argentina.

Durante el almuerzo me cuentan que hay un reality de cárceles, cosa que pude comprobar más tarde con una propaganda que invitaba a enviar sms al nosecuantocárcel. “Divertite y aprendé el lenguaje tumbero”, dice.

Con perversa coherencia se consiente el consumo y se inicia en los códigos carcelarios.
La moda, el modo y el juego. Preocupante semiología.

Algo está haciendo ruido por ahí y no son los chicos.

Me duele la cabeza y sigo estornudando. Mejor tomo unas aspirinas, vuelvo a la cama, me pongo la remera del Che y hasta la victoria siempre…!
(Para la próxima, le compro la camiseta de San Lorenzo. Como todos los años)


Entre la cirrosis/ y la sobredosis/ andas siempre, muñeca./ con tu sucia camisa/ y en lugar de sonrisa/ una especie de mueca.
Princesa. Joaquín Sabina


5 de noviembre de 2007

Instantánea



Con el desparpajo a la altura del flequillo, el cuerpo de la chica es un discurso vivo.
Cuenta una breve historia que se inscribe en el tatuaje de la panza, en su culo perfecto, en el pelo brillante, en la boca ancha, en el andar adolescente, en el carísimo descuido de sus zapatillas de lona, en el reloj deportivo.

Desde ese espacio de representación ofrecido fugazmente, leo, asumo, prejuzgo. Le invento un presente de besos y canciones y un futuro abierto a felices puntos suspensivos.
Nos mira para asociarnos a su risa y derriba, uno a uno, los ladrillos invisibles de la cuarta pared.


[…]
Gloriosos/ y gozosos, embellecidos por los excesos. Que hablen/ lo que quieran de gravedad menesterosa/ esas pudibundas. Ay, cuerpo, quién/ fuera eternamente cuerpo.
Las pudibundas. Gonzalo Rojas.

1 de noviembre de 2007

Pausa



Abrazada de silencio
nadie puede adivinar
la multitud de pájaros
que me habita,
ni las lluvias que atesoro,
ni los soles que conservo.
Abrasada de silencio
nadie puede imaginar
la ciega procesión que me recorre
con escándalo de cielos amarillos
o reposo de nenúfares violetas.
Ahogada de silencio,
nadie puede escuchar
las mil voces apagadas
ondulando en la garganta,
ni los ritos de la infancia,
ni el murmullo de las almas,
en la mía arracimadas.
Bautizada de silencio
nadie puede adivinar,
ni saber,
ni imaginar
la plural estirpe
que reverbera en mi sangre
y que agobia
y socava
y estrena
y celebra.

El silencio
- cuervo azul -
se los devora.

Les debo la palabra.
*
Ocurre en cada pulsación de tu sangre.
No hay un instante que no pueda ser el cráter del Infierno.
No hay un instante que no pueda ser el agua del Paraíso.
No hay un instante que no esté cargado como un arma.
Doomsday. Jorge Luis Borges