20 de septiembre de 2012

La lluvia ya no me conoce


Un desierto amarillo me abrasa, vomito polvo sobre los vagidos de la noche y las letras que desaparecen envueltas en una estela de vapor, se tatúan con sal sobre los labios que no pueden decir.

Imposible determinar si algo late en este vacío que descabeza brotes de tan yermo, escucho el silencio desangrando los oídos mientras minúsculos puñales de diamante se clavan en la punta de los dedos.

[Y la tentación de morir de sed]

…º…

Yo perdí la lluvia y el viento / y qué he ganado, me pregunto?[…] es mi alma que no está contenta / y busca bajo mis zapatos / cosas gastadas o perdidas.
Pablo Neruda


5 comentarios:

VER (VACACIONES EN ROMA) dijo...

Aaayy...!!! pero todo eso duele mucho...

Beso grande y le mandare flores para alegrar un poco esa desesperanza.

Garriga dijo...

Claro. Ya he muerto de sed.
Lo bueno es no andar quejándose por ello. No es que usted lo haga condesa. Me encantaron, desde los puñales de diamante (me recordaron unos de obsidiana de cortazar) hasta los tatuajes de sal "furioso petalo de sal/la misma calle, el mismo bar/a quien le importa la ciudad/si nadie espera(...)yo te entiendo bien/es como hablarle a la pared)

adios condesa

Rob K dijo...

Perfecta definición de un mal sueño. ¡Despierte!

La condesa sangrienta dijo...

VeR: mande flores pero espere que llueva un poco, ja.

Fernando: toda letra está allí, tatuada en sal y luchando con puñales que se empeñan en impedir su salida.
Estoy buscándola :)

Rob: el espíritu abombado, más que un mal sueño, es una pesadilla!

Mickey dijo...

Condesa, clap, clap....