26 de febrero de 2007

La biblioteca de Babelfour

Me arrastran al supermercado.
Ellos se divierten, pasean, tocan, miran. Se detienen frente una amoladora angular, un lemon-pie, un kit de 3 calzones al precio de dos, un trencito de chorizos que transpira grasa, galletitas danesas, vino francés, caviar ruso, salsa tártara, cuentos chinos o budín inglés. Da igual.
- Los espero allí, digo.
Allí, junto a los electrodomésticos, frente al plasma que escupe mares azules; pegadita a la pila de baldes que trae broches de regalo.
Allí, donde los libros se apilan en obscena promiscuidad.
A ver… Caperucita Roja, el Kamasutra, Recetas para diabéticos, Hojas de Hierba (con poda de hojas) de Whitman , las predicciones de Horangel del año pasado, el libro de la Rampolla, Crucigramas, El médico en casa, Historia de los mayas, La Ilíada para niños, tomo II (¿y el primero? ¿dónde está el primero??), Mecánica para iniciados, Víctor Sueiro, Majul, Rial, ufff.
Ya me volvía, arrastrando la decepción y los pies, cuando nos vimos, rescatándolo yo de la orgía infame y salvándome él de un domingo infecto. Nuevo tiempo mexicano, de Carlos Fuentes.
Mi Citrone teegetränk, 10,90 . El libro, 3.
Pagué mi pequeña felicidad por menos de catorce pesos y huí.
Tomé el celular para avisar que “los espero allí”.
En el auto.
¡Y feliz domingo para todos!
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CENTRO COMERCIAL

Si una luz simboliza la esperanza,
múltiples luces ¿simbolizan
múltiples esperanzas? O acaso
la desesperación
- para aquellos que creen
que sólo hay una necesaria…
[…]
El dedo
de la Publicidad,
con su crepuscular caligrafía,
aclara muchas cosas,
rotula los espacios, tiñe el aire,
delimita galaxias, difumina
polvo de kilovatios en las calles.

Abierto diariamente hasta las siete:
firmamento caído,
eternidad trizada a vuestro alcance.

Ángel González, Tratado de urbanismo.
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10 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bueno!
Un blog con punto donde va punto y coma donde corresponde.

Anónimo dijo...

¿3 pesos?. Tal vez lo compraste caro: por Corrientes debe estar a menos. No hay que comprar libros en Carrefour; ahí hay que ir a robarlos. No sé ahora, pero hace un par de años era un lugar excelente para el delito cultural.
Yo me robé, uno a uno, todos los libros de García Márquez.

Anónimo dijo...

Todo junto empachandonos los sentidos, con luces con musica, con precios, con rebajas cosas feas que en el monton parecen lindas... y allá alguien corriendo detras de la gran oferta, y acá yo pensando esto será el consumo?

La condesa sangrienta dijo...

Elteta. En este blog puede poner también, los puntos sobre las íes; puntos, comas y el que no se prendió, se embroma.
Daniel C: es probable que lo hubiese conseguido más barato por Corrientes, pero no vale andar con regateos a la hora de pagar el rescate. Eso de robar libros en Carrefour es un poético acto de justicia. Cuente ¿cómo hizo?
Filo: cuando se empachan los sentidos ¿quién le tira el cuerito?

Anónimo dijo...

Eso pasa en Babelfour condesa, sumergidos en la voragine, sutilmente alguien la rescata... nada mal ser rescatada por Fuentes.y él ser rescatado por una sensible entre las mortadelas y los zoquetes...
Como bien olfateó soy de las alternativas (antroposofica en medicina, y en pensamiento) aunque el cuerito prefiero que me lo tire mi amado que por el momento brilla por su ausencia.

La condesa sangrienta dijo...

Filo, dígale que -esta vez- el empacho se lo corta ud. Va a ver cómo vuelve pronto...

Ruth dijo...

Aún en Carrefour, donde en el sector de libros no hay demasiado para ver, cuando acompañaba a mi vieja al supermercado siempre la esperaba ahí; ella miraba precios y revolvía góndolas de latas de tomate y me pasaba a buscar al rato. Nunca robé nada, no me animé, supongo que ya es tarde para eso ¿no?

La condesa sangrienta dijo...

Ajá...¿Ud. dice Minerva, que la sección libros es al adulto lo que el pelotero para los niños?
(Por el otro asunto, pregúntele a Daniel C, él es el experto).

Anónimo dijo...

Técnica para robar libros en Carrefour: sobre el piso de un chango vacío, poner uno de los enormes folletos de promoción que hay en la puerta para agarrar (los de los precios). Será nuestra cobertura legal. Debajo de él, acostado, irá el libro, que no deberá tener más de 3-4 cm de espesor.
Sobre el libro y el folleto, colocar nuestras bolsas de frutas, nuestras latas de tomates, nuestras cajas de chocolatinas y todas las inmundicias que hayamos ido a comprar.
Cuando pasemos por la caja, sacar todos nuestros artículos dejando, a la vista del cajero, el chango vacío (pero con el folleto en su base). Pasar con chango y todo en dirección a la puerta y alejarnos luego de pagar nuestra compra, sin haber revelado que en el piso del chango, bajo el inocente folleto de promoción, va el libro que nos acabamos de robar.
Atención: verificar que el volumen no tenga chip sonoro.
En una época incluso me robaba CDs de Mozart y Brahms de Carrefour, pero ya no. Mi época de oro en el delito quedó atrás.

La condesa sangrienta dijo...

García Márquez, Mozart, Brahms... ud. es un artista del afano Daniel; su técnica, impecable y sus nervios, de acero.
Y dejo de aplaudir, porque van a acusar a este blog de instigación al delito.