28 de febrero de 2007

El oficio de vivir y morir

CB me contaba que Emile Cioran tomaba el suicidio como forma de vida. Consideraba la muerte como la única existencia real pues la vida, a la que llamaría la "gran desconocida", es fuente de todo dolor por la imposibilidad de asegurar la existencia; el suicidio era su noción como posibilidad, como libertad última.
Y murió, muy anciano, de Alzheimer.
Esto me llevó a pensar que debiera haber una coherencia entre la vida y la muerte. Un final lógico. Un último acto consecuente o a consecuencia de los otros actos.
Y así Castelli –el orador de la Revolución- murió de cáncer en la lengua.
Ayrton Senna en una pista. Favaloro, de un tiro al corazón.
Yabrán, por no querer mostrarla, se voló la cara de un escopetazo.
¿Cómo deberían morir otros?
¿Bush, empetrolado en el acuario de San Clemente? ¿De la Rúa de aburrimiento? ¿Víctor Sueyro arrollado por un tren en el túnel donde creyó ver la luz? ¿Zamora accidentado en Londres por conducir a la izquierda?
¿Cómo deberían morir los Castro (Fidel, Christian y Verónica), los Grondona (Julio y Mariano), los Feinman (José Pablo y Eduardo), los Fernández (Alberto y Aníbal), los Menem (Carlos, Zulema y Zulemita). ¿Cómo debería morir la Legrand, Julio Bocca, Maradona o Luciana Salazar? La lista es inagotable. Las posibilidades también.
No es fácil imaginar la propia muerte, pero por acá dicen que, para ser coherente con mi curiosidad y afán de tener la última palabra , debería morir en la horca: con los ojos abiertos y la lengua afuera.

Nos echan a este mundo, y nadie nos ha preguntado si queríamos nacer, nadie nos previene de lo que nos espera, ingenuo pensamiento el que dice que la vida es un don, algo que deberíamos agradecer cada día que nos despertamos y cada día que pasamos y seguimos aquí... Yo pienso (…) que también puede ser una carga, una pesada carga, que día a día algunos de nosotros llevamos encima sin poder quitárnosla, pero deseando hacerlo.
Emile M. Cioran, «Silogismos de la amargura».

27 de febrero de 2007

Tell me why


Porque nací a principios de agosto.
Porque - según los entendidos- el cabello abundante, la arrogancia y el gusto por las cosas bellas son propios de mi signo.
Porque amo a Los Beatles y a Lennon, particularmente.
Porque el horóscopo es favorable a mi locura y dice que I´m not the only one.
Porque soy lennonina Here, there, and every where.


I was dreamweaver/But now I’m reborn,/I was the walrus/But now I’m John,/And so dear friends,/You just have to carry on,/The dream is over.


God, John Lennon

26 de febrero de 2007

La biblioteca de Babelfour

Me arrastran al supermercado.
Ellos se divierten, pasean, tocan, miran. Se detienen frente una amoladora angular, un lemon-pie, un kit de 3 calzones al precio de dos, un trencito de chorizos que transpira grasa, galletitas danesas, vino francés, caviar ruso, salsa tártara, cuentos chinos o budín inglés. Da igual.
- Los espero allí, digo.
Allí, junto a los electrodomésticos, frente al plasma que escupe mares azules; pegadita a la pila de baldes que trae broches de regalo.
Allí, donde los libros se apilan en obscena promiscuidad.
A ver… Caperucita Roja, el Kamasutra, Recetas para diabéticos, Hojas de Hierba (con poda de hojas) de Whitman , las predicciones de Horangel del año pasado, el libro de la Rampolla, Crucigramas, El médico en casa, Historia de los mayas, La Ilíada para niños, tomo II (¿y el primero? ¿dónde está el primero??), Mecánica para iniciados, Víctor Sueiro, Majul, Rial, ufff.
Ya me volvía, arrastrando la decepción y los pies, cuando nos vimos, rescatándolo yo de la orgía infame y salvándome él de un domingo infecto. Nuevo tiempo mexicano, de Carlos Fuentes.
Mi Citrone teegetränk, 10,90 . El libro, 3.
Pagué mi pequeña felicidad por menos de catorce pesos y huí.
Tomé el celular para avisar que “los espero allí”.
En el auto.
¡Y feliz domingo para todos!
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CENTRO COMERCIAL

Si una luz simboliza la esperanza,
múltiples luces ¿simbolizan
múltiples esperanzas? O acaso
la desesperación
- para aquellos que creen
que sólo hay una necesaria…
[…]
El dedo
de la Publicidad,
con su crepuscular caligrafía,
aclara muchas cosas,
rotula los espacios, tiñe el aire,
delimita galaxias, difumina
polvo de kilovatios en las calles.

Abierto diariamente hasta las siete:
firmamento caído,
eternidad trizada a vuestro alcance.

Ángel González, Tratado de urbanismo.
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25 de febrero de 2007

Memoria de enero

Calor.
Enero se derrite lentamente.
La nota: obviamente, el calor, el agua, el río contaminado.
El notero: hijo no reconocido del calor de enero.
El lugar: un balneario improvisado al lado del río. Residuos.
Protagonista 1: - Señor desdentado, de pelo largo, canoso y enmarañado. Desde su reposera mastica algo mientras explica cuantos años lleva veraneando por ahí.
Protagonista 2: - Señora joven. Gorda de facturas a la hora de la novela, gorda de polenta a la hora de economizar, gorda de hijos que siguen viniendo antes de recuperar la silueta. Su boca revela que con cada niño ha perdido un diente, o dos. El traje de baño es verde, desteñido por sectores como el pasto sin agua. Es linda, y es digna.
Co-protagonistas: -Varios chicos chapoteando en el agua marrón. Uno más pequeño, a horcajadas de la señora.
- Perro husmeando basura.
- Moscas revoloteando sobre la basura, (y sobre el perro, y el niño y la señora y el señor y el notero).
El notero pregunta por qué deja que sus chicos se metan en aguas contaminadas.
Ella dice que son muchos, que el calor es insoportable y vuelve más insoportables a los chicos; que es pobre y no tiene recursos para ir a otro lugar.
El notero dice: -¡Claro, no puede llevarlos a la costa!
La señora dice: -Estamos en la costa…

Volvamos a (los) estudios y corte, por favor.

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FUNDACIÓN MÍTICA DE BUENOS AIRES

¿Y fue por este río de sueñera y de barro

que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.

Pensando bien la cosa, supondremos que el río

era azulejo entonces como oriundo del cielo
con su estrellita roja para marcar el sitio
en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.
[…]
Jorge Luis Borges
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24 de febrero de 2007

Cogito ergo sum

Preparar Filosofía en tres días, con la carga extra de que se aprueba o se repite, no es tarea liviana. Si la niña camino al patíbulo (quenolehabiadichonadaalospadres), es la ahijada de uno y uno, además, porta gripe infernal y una tos que agita cascotes en el pecho, es más fácil explicar el caos que tomar el asunto con filosofía.
En estas condiciones, Pirrón toma la delantera, Descartes trata de alcanzarlo, pero duda. Sócrates mira con ironía, Platón se conduele en cuerpo y alma y Kant evalúa como están las cosas, pero parece que no hay forma… ¡Lo que no hay es tiempo, Emmanuel!
Leo en Clarín que a Rousseau le han rescindido su Contrato Social: lo suspendieron en River y fue despedido del Gobierno porteño.
Meli aprobó la materia y yo quedé, como Prometeo, con el hígado destrozado y una roca en la espalda.
Angustia de la post-modernidad, que le dicen.

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¿Cuál es la cosa que dejaría de existir si se la pudiera definir? El infinito; que sería finito si pudiera ser definido. Porque definir es delimitar la cosa definida con otra que la circunscribe en sus extremos, de modo que lo que no tiene términos no puede ser definido.
Leonardo da Vinci, Apuntes de cocina, pensamientos, misceláneas y fábulas.
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Ranulfo y yo


Ranulfo es pequeño, pelado, suave. Tiene cara redonda y unos ojos rasgados que se pierden en dos guiones cuando sonríe tímidamente.
Parece chino, creí que era boliviano pero R. dice que es paraguayo. No puedo saberlo porque anda en silencio y ésa es la única patria que compartimos por el momento.
Arregla goteras, repara puertas, pinta paredes y, al ritmo del serrucho, convierte en aserrín los últimos retazos de mi sueño ; ahora anda lagrimeando cemento entre las flores del patio y mi jazmín ya ha presentado quejas.
Ayer se le animó a mi distante cortesía y preguntó “¿dónde puedo conseguir lo que usted escribe?”. Dijo que “le gustaba la poesía del campo” y que “había leído a Bécquer pero no lo entendía”. Para abreviar, le contesté que “ni idea” (no tenía ganas de explicar mi literaturicidio ni podía decirle que si no entendía a Bécquer difícilmente me entendiera a mí, que no tengo quién me explique).
Hoy, con la cara resplandeciente y una sonrisa enorme, me alcanzó dos de sus tesoros (Arquetipos de Laguna Blanca de Mario Bejarano y De la vida y del corazón, de Silvia Watteau) pidiéndome, por favor, que los devuelva el lunes.
Había cambiado. Ni chino, ni boliviano ni paraguayo.
Ranulfo es pequeño, pelado, suave…y ama la poesía.
Es compatriota.


LA ACTITUD

Sólo lo hiciste un momento.
Mas quedaste, como en piedra,
haciéndolo para siempre.

Juan Ramón Jiménez, Canción, (1936).
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23 de febrero de 2007

Shut your mouth and save your brain


Siguiendo el curso incierto de mi natural curiosidad, asomé casualmente al mundo de la blogósfera , con el desparpajo propio de quien desconoce los códigos.
La Condesa Sangrienta alborotó las sangres sin querer; ignorante ella del efecto de su nick, ignorantes ellos de su poético origen.
Hoy me animan a abrir mi propio espacio; tal vez con intención de hurgar la herida.
O de cauterizarla. Quién sabe.
No creo tener la constancia necesaria, pero el viejo vicio de escribir se vuelve nuevo.
Veremos.

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“No puedo hablar con mi voz sino con mis voces […] algo en mí se abandona a la cascada de ceniza que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, conmigo que soy ella y que soy yo, indeciblemente distinta de ella…”

Alejandra Pizarnik, “Piedra fundamental”

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