Tengo que decirlo porque, como dicen los pibes del barrio, ya tengo los huevos al plato con los que se creen dueños de la muerte de Kirchner. Esos que llamaron a ganar la calle, los que se arrogan el derecho a monopolizar el duelo, a juzgar los mensajes de pésame y a decidir quienes pueden, o no, asistir al funeral.
Esos que esperaban las declaraciones de Carrió que nunca fueron y entonces revuelven el archivo de 2008.
¿Qué pensaban? ¿Qué iba a redimirlo por la muerte?
Le hubieran dicho hipócrita.
Su silencio me parece un homenaje más sincero.
Si no hay nada bueno para decir, mejor callar.
Y eso le cabe a unos y otros
Lo llorará su gente y lo juzgará la historia, o quien la escriba.
Su muerte no me alegra pero tampoco me apena demasiado porque
Morir es una costumbre
Que sabe tener la gente.
Jorge Luis Borges
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