Comprar una agenda nueva, imprimir otro almanaque, cocinar con más esmero, beber champagne y sumar algunas sillas a la mesa familiar, son hitos que me anuncian la finalización del Año.
El nacimiento de un niño y el anuncio de otro, fijarán el 2010 en la memoria del afecto.
Todo lo demás son zonas, nubes, globos, épocas.
Y estas últimas han estado signadas por golpes y quiebres.
Mi dedo en noviembre, el yeso de R. como regalo de navidad y otras fracturas que no atañen al cuerpo y duelen tanto más.
Pero todo tiene su tiempo, su momento oportuno:
Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir […] un tiempo para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz.
Eclesiastés 3
Brindemos por los buenos tiempos
..º..