Lucas, sabelo, sos horrible.
Caro
Me divierte leer los grafittis y descubrir, entre la maraña de letras de colores que pelean por ser las últimas, algunas geniales ocurrencias.
En este caso, una crueldad en cinemascope. Una manera de frenar las intenciones amorosas del chico. Porque cuando la imagen lo es todo –y en la adolescencia lo es- decirle a alguien “sos horrible”, es clavarle una estaca en medio del corazón. Es pulverizarle la autoestima y desactivarle cualquier argumentación. No se trata de mentir, se trata de no herir.
De haber tenido un aerosol en ese momento, hubiese pintado debajo:
Caro, vos también.
Caro
Me divierte leer los grafittis y descubrir, entre la maraña de letras de colores que pelean por ser las últimas, algunas geniales ocurrencias.
En este caso, una crueldad en cinemascope. Una manera de frenar las intenciones amorosas del chico. Porque cuando la imagen lo es todo –y en la adolescencia lo es- decirle a alguien “sos horrible”, es clavarle una estaca en medio del corazón. Es pulverizarle la autoestima y desactivarle cualquier argumentación. No se trata de mentir, se trata de no herir.
De haber tenido un aerosol en ese momento, hubiese pintado debajo:
Caro, vos también.
Podía, es cierto, cubrirme la cara; pero, ¿de qué me serviría si no había forma de disimular el cambio de estatura?
El doctor Jekyll y mister Hyde, R.L. Stevenson
El doctor Jekyll y mister Hyde, R.L. Stevenson
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