22 de marzo de 2007

Pasen y vean

Las imágenes de Barcelona, la voz de Andy Chango detrás de los créditos, y el título de la película (de la canción, y el libro -supe después-) me dejaron clavada en no sé qué canal, un día cualquiera. Esa es mi manera de elegir películas: haciendo caso omiso de recomendaciones y críticas, dejando libremente que algún elemento me atrape.
En este caso, fue la voz argentina en tierra catalana y el título maravillosamente delirante… “Lo mejor que le puede pasar a un cruasán”
No pude resistir la invitación de conocer los felices destinos de un cruasán y ahí me quedé, hasta el final.
La película, una mezcla de comedia policial y crítica social, no daba ni para La Concha de Lata. El protagonista, un border sucio, vago, drogón, putañero, hedonista y querible busca a su hermano desaparecido. Se pierde -y nos pierde- en una trama inverosímil; a tal punto la simbiosis que termina ignorándose quién está drogado, si él o nosotros.
Un título inolvidable para una película olvidable.
(De todas maneras, sigo sin ver Titanic. Ese pretzel no me lo como)
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“En ese momento su mayor deseo era ver entrar sigilosamente por la puerta de su cuarto a Robert Taylor, o en su defecto a Tyrone Power, con un ramo de rosas rojas en la mano y en los ojos un designio voluptuoso.”
Boquitas pintadas, Manuel Puig

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien, no soy el único, hasta pense que era parte de mi taradez, hago exactamente lo mismo cuando elijo una pelicula, ufff,
Te cuento q no vi ninguna del Sr. de los anillos y menos las del maguito, solo poruqe me rompieron mucho para que las vea, jeje
(aunque esto si creo que por mi taradez, no?)

La condesa sangrienta dijo...

Y bueno...más vale la taradez propia que la taradez inducida. Tampoco ví al Sr. de los anillos ni al niño mago (si algún día lo hago, será porque tengo ganas o porque no tengo otra cosa mejor que hacer).
¿vió guarro? como decía más abajo... el blog nos cría y el viento nos amontona!

Anónimo dijo...

Y lo bien que hace Condesa en no ver Titanic. Yo la miré una vez con una persona a mi lado, y cuando terminó, me miró y me dijo: no lloraste? No, respondí yo. Sos un insensible replicó.
Le aseguro que no se pierde de nada.

La condesa sangrienta dijo...

Sí...lástima que no se ahogaron los adoradores de Di Caprio con sus propias lágrimas.