25 de julio de 2007

La vida ese paréntesis

ELEGÍA
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)



Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


Miguel Hernández

7 comentarios:

Anónimo dijo...
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Ruth dijo...

Tremendo poema. Para lo que fuera, un abrazo, Condesa.

Anónimo dijo...

MLR dijo...
Muy lindo condesa, aunque no existan palabras para tanta tristeza, creo que encontraste algo muy acertado.

Anónimo dijo...

Otro abrazo condesa

La condesa sangrienta dijo...

Un abrazo para las tres. Gracias!

El Caballero de la luna dijo...

Mi comentario no le llegó, por alguna razón de este espacio incognoscible. Pero bueno, eso no importa. Ojalá que ese bello y tremendo poema sea un consuelo, si es lo que necesita.

La condesa sangrienta dijo...

Gracias Caballero. A veces nos quedamos sin palabras, entonces podemos tomar prestadas otras que expresan de mejor manera lo que sentimos.
Espero que haya disfrutado de unas lindas vacaciones por estos pagos, un abrazo.