23 de octubre de 2007

El Nombre Exacto de las Cosas


Una comentarista me ha acusado en otro blog de hacer “uso de adjetivos y sinónimos hasta la náusea”. Comprendo y acepto su disgusto, pero obviamente no ha entendido que el lenguaje hiperbólico de la Condesa es el que viste su caricatura y, como tal, debe ser necesariamente exagerado.
Esta pequeñez me hizo pensar en el uso del idioma, en la relación que tenemos con el lenguaje y de cómo éste se ha ido empobreciendo al punto de convertir en insoportable o anacrónico un discurso algo más elaborado. La utilización de algunos términos de moda y muletillas inconsistentes (el “hoy por hoy”, “todo tiene que ver con todo”, etc) igualan malamente con una falsa igualdad, tal como las falsas marcas que imitan a las auténticas y sólo crean ilusión de pertenencia pero niegan el carnet de socio.
Quiero decir que se toma casi como una afrenta o una exhibición indecorosa de bienes, la expresión de algunos términos poco usados habitualmente (olvidados o reemplazados por algún sinónimo cool). Los ofendidos son aquellos mismos que se ufanan de no haber leído nunca un libro y ridiculizan a quienes lo hacemos. No pueden comprender que un vocabulario acotado también les recorta el pensamiento, el espíritu crítico y la posibilidad de discutir ideas sin tener que recurrir a la violencia física; porque frente a la dificultad de oralizar, los puños toman la palabra. No comprendo esa empeñosa vocación a la frugalidad cuando hay un banquete que se ofrece gratis, aquí sí, a todos por igual.
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Una vez en la facultad, y para justificar una estúpida clase de una más estúpida materia pedagógica, nos visitó un psicólogo profesor de la facultad vecina. En el aula grande (La Pecera) compartíamos democráticamente el aburrimiento, los alumnos de Letras, los de Historia, Bibliotecología, Geografía y Filosofía.
El profesor en cuestión rompió el sopor general cuando dijo que “lo más inútil que había aprendido en la escuela había sido separar el Sujeto del Predicado” y para graficarlo, escribió en el pizarrón, S y P con letras enormes que luego tachó con trazo grueso. No voy a contar acá el gran bolonqui que se armó entre quienes le daban la razón y entre los fieles devotos de la Gramática, de Saussure y de Chomsky.
La discusión se prolongó un buen rato y entonces, para finalizar la cuestión, el profesor preguntó si alguien quería agregar algo.
La Condesa levantó la mano y suavemente dijo:
- Me parece que siendo psicólogo, a Ud., más que a nadie debería interesarle saber dónde está el Sujeto…

(Y el profesor puso cara de náusea a pesar de la ausencia de adjetivos)


¡Intelijencia, dame/ el nombre exacto, y tuyo, / y suyo, y mío, de las cosas!
(147) en Con la inmensa minoría, Juan Ramón Jiménez.
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**+__*

24 comentarios:

José Soriano dijo...

Muy bueno. Me ha dejado sin palabras.
fraterno
js

Anónimo dijo...

Condesa, estoy muy errado si afirmo que esta es la discusi�n de lo de Koba?.
Si acuerda conmigo, vaya y lea mi respuesta ah�.

Por otro lado, pase lo que pase, le digan lo que le digan, la acusen de lo que sea; jam�s abandonde su estilo.
Es una orden!!!!!!!!!!!!!.

La condesa sangrienta dijo...

José: dejarlo a ud. sin palabras, más que un mérito es una irreverencia!
¿le dije que me encanta su saludo fraterno?

Mickey: la discusión se dio en el blog de S.J.
Le respondí hoy en cosmopista pero Koba todavía no actualizó los comments.
Es difícil cambiar el estilo (si tengo alguno)pero soy muy estricta conmigo y no desoigo las críticas cuando están hechas con propiedad y fundamento.

Anónimo dijo...

Excelente anécdota.
Desconozco la discusión. De todos modos coincido con tu postura acerca del lenguaje. En particular, para las personas que venimos de una educación estrictamente científica, donde los textos toman la precisión como regla y el lenguaje es exacto pero aburrido, la sobreexplotación de los vilipendiados adjetivos y sinónimos es un lujo.
Estoy con usted, Condesa.

Estrella dijo...

Condesa, un placer este texto, desde el principio, donde usted pone las cartas sobre la mesa, hasta la anécdota del final, comentario tan propio de una condesa sangrienta.
Cada cual con su estilo y su cadencia, ahí está el secreto de un buen texto. Si escribiéramos con las palabras que usamos todos los días, ¿qué placer habría en las distintas lecturas? Saber elegir, encontrar la palabra justa requiere tiempo y entrenamiento.
Siempre hay sorpresa en sus textos.

Estrella dijo...

Digo: si TODOS escribiéramos con las palabras que usamos a diario... porque hay quienes escriben así y logran buenísimos textos.

Anónimo dijo...

Para mí lo interesante y rescatable de todo esto es: cómo desde un par de comentarios vacíos y que sólo buscaban provocar no sé bien que cosa, sale un post tan enérgico que me dan ganas de ir a releer a Saussure ni bien entre a casa.

El Caballero de la luna dijo...

Bueno... nada, está todo bien, ¿viste? ¿para qué complicarme si me entendés igual? La mejor para vos.

Stella dijo...

Condesa, hace bien en seguir escribiendo como le dicte su corazón, su mente y su mano!!
Ojlalá yo pudiera hacer uso y abuso de sinonimos y adjetivos!
Besitosss

Anónimo dijo...

Qué buen comentario el de esa clase. Yo te aplaudo. O me río. Sí, me río.

Anónimo dijo...

Sin sujeto no habría acción y sin accion no habría anecdota y sin anecdota aplausoss!!! ud es lo mas

La condesa sangrienta dijo...

Angel: la discusión no tiene importancia (ni siquiera llegó a eso), pero me hizo pensar por qué el uso de adjetivos y sinónimos se me enrostraba como una descalificación.

Estrella: el lector tiene la facultad de elegir. No sé qué le molesta a esta persona pero tampoco me preocupa, actuó como disparador de otro tema.

Glenda: ¿ganas de releer a Saussure? jajaj yo tendría que hacer lo mismo porque debo el final.

Caballero: bueno, nada...grax!

Stella: escribo como puedo y trato de mejorar leyendo a quienes escriben bien.

Enter: algo así sucedió.

La condesa sangrienta dijo...

Anónimo: lástima que usté sea un Sujeto tácito, digo, para saber a quién agradecer el elogio.
Gracias igual.

opqo dijo...

-Creo, que esta todo dicho..creo..no se..-
-A esto se le llama presunción- No se cuantas veces lo he repetido, cuantas veces me lo dijeron, cuantas veces lo leeré, cuantas veces lo volveré a repetir..No se..
Cada palabra nos reúne, o cada palabra nos divorcia o cada palabra nos rechaza o cada palabra nos deja sin el mas mínimo de los recursos y muchas de las veces nos deja huérfanos, languidecidos, temblando,
llenos de pavura.
La palabra nos deja a la deriva y
olvidados del otro,olvidados que estamos dentro su experiencia, su única experiencia, invadiéndole el espacio que tiene fijo dentro de su repetición.
Me declaro un ser limitado a toda repetición...

sapaflor dijo...

Muy buen relato Countess!!
Tuve que ir a lo de Sam para ver que dió lugar a este post.Qué bien esa tal Roberta que nos ha permitido deleitarnos así.
Rodolfo la palabra tambien nos une,y aquí nos junta.Por las palabras!!

Anónimo dijo...

Ayer leí y releí el post, venia atrasada escribí, escribi y la máquina se negó a enviarlo, en una de las tantas intentonas el mensaje salió acotado y tacito.

Intenté decirle que no sé nada de estilos, que una provocación dispara en Ud. un concierto, y yo me siento a leer o a escucharlo, a sorprenderme y por supuesto como dice Glenda a salir corriendo a releer a Saussure. El estilo es el clima? o es la sensacion térmica ?

Anónimo dijo...

"Lo que pasa es que se escribe a contrapelo del mundo en el que se vive. No es que el mundo, este nuestro que los otros vaya a saber, no sea bello, frágil, inconsútil y azul, que lo es. Es que lo que pasa sobre la corteza está mordido por la herrumbe y el hollín, por el asco y la avidez, por el fragor y el aullido. Y no nos gusta, y escribimos ( nosotras, nosotros, que hay quienes hacen otra cosa con otras herramientas que no son el estilo y la tabla de arcilla) no para cegarnos sino para abrir los ojos." Angelica Gorodisher.

Anónimo dijo...

Condesa, no hay adjetivo que califique por entero su personalidad,lo que si puede hacer su blog es mostrar al mundo lo que es usted realmente, una persona sin dobleces que hace uso de la palabra de tal forma que quienes no la entiendan sientan nauseas...bueno, dejelos vomitar su rabia por no comprenderla en otras latitudes, y aca vendremos a leerla quienes nos enorgullecemos de conocerla.
Un beso grande

La condesa sangrienta dijo...

Rodolfo: la palabra puede divorciar, rechazar o unir es cierto. Está en la intención de quien la escribe y también en la interpretación de quien la recibe. Presunción, por ejemplo, puede ser leída como acción de presumir o de suponer. A veces no es fácil determinar los tonos en el acotado espacio de un comentario.

Sapa: tengo la sospecha de que robert@, de súbita aparición, sólo tenía ganas de provocarme y no disponía de muchos sinónimos y adjetivos...

Filo, querida, era usté! gracias por sus palabras y por el texto tan lindo que exime de cualquier comentario o explicación.

La condesa sangrienta dijo...

Ehhhhh Pachu!!!! mire que roberta va a pensar su comentario lo escribí yo eh? jajajaj
Gracias por su generosa defensa, yo sigo defendiendo el buen decir.
La quiero un montón!

Roedor dijo...

El nombre exacto de la comentarista es pelotuda.

Los eufemismos a veces cansan, ¿vio?

La condesa sangrienta dijo...

jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa cuando sea grande quiero ser como usté roedor.
Beso enorme.

Pablo dijo...

Muy bueno Condesa, y estoy muy de acuerdo con el tema del lenguaje, cada vez hablamos de forma más simple, pero menos clara. Y el problema es mas grave de lo qeu parece, para que se de una idea tengo alumnos universitarios de ingeniería que hacen mal los ejercicios por no saben interpretar un texto correctamente.

Juan Gonzalez del Solar dijo...

Querida Condesa, la entiendo, la abrazo y todo.

Tengo que recordarlo cada vez que leo algo que me lstima: los otros solo están para que yo crezca.

Abrazo enormísimo, Juan