9 de octubre de 2007

Retrato de familia (II)

Mi abuela Lila tenía nombre de flor, perfume de almíbar y manos que traducían en pasteles, o doradas tortas fritas, la montañita blanca elevada sobre la mesa.
Esas mismas manos desgranaban incansables, rosarios sibilantes en la quietud de la tarde o ponían confites de colores bajo la almohada, cuando mi infancia comenzaba a desdentar su inocencia.
Con tonadita puntana me enseñó las primeras oraciones que aseguraban un ángel en la esquinita de la cama para el sueño tranquilo. Me contó más tarde cómo el joven periodista –mi abuelo- publicaba poemas de amor “Para L.” en el periódico local, porque era la única manera que tenía de acercarse a ella.
Era buena contadora de historias, dulce, suave, con gran sentido del humor y del amor.
Mis manos se reconocen con las suyas, en el único parecido que puedo descubrir. Otros parecidos navegarán, seguramente, por los ríos secretos de la sangre subterránea que alimenta lo que soy, la que seré y los que fuimos en el eterno ciclo de las lilas.


De noche no se servía la mesa, sino que se repartían tazones de café con leche en la cocina, con la exquisita repostería de la abuela.
Vivir para contarla. Gabriel García Márquez.

29 comentarios:

sapaflor dijo...

Condesa,qué linda evocación de aquél mundo perdido de la infancia.
Comparto contigo el haber tenido también una abuela llamada Lila.
A la hora de la siesta me metía en la cama a su lado,bajo el cobijo de un pesado acolchado de plumas.
Me decía que vendrían los angelitos a cuidarnos y se dormía.
Mis ojos de niña recorrían aterrados las esquinas del cielorraso y temía que pudiera aparecer algún querubín através de las rosetas de yeso.
No me preparaba manjar alguno.Fuí su primera nieta,no llegó a conocer otro más.Me daba mucha pena porque estaba muy sola en un caserón y yo atravesaba el jardín que separaba nuestras casas,para hacerle compañía.Tenía unos ojos azulverdosos,cálidos.Su cuello llevaba una minerva para sostenerlo.Era la madre de papá.
Mi otra abuela siempre estuvo rodeada de familia porque era madre de mujeres que tenían a sus maridos a raya.Por eso yo quería proteger a Lila que era madre de varones (como ahora soy yo!)

Stella dijo...

Hoolaaa
Qué lindo recuerdo, Condesa!!
Alabados sean los abuelos que saben acercarse a sus nietos y disfrutarlos!
Qué dulce tu abuelo, me imagino la emoción con la que tu abuela leería esos poemas en el periódico!!
Mi abuela vivía en Croacia y era maestra. Cada vez que le escribía una carta a mi papá, yo miraba ansiosa dentro del sobre, pues siempre habia una cartita para mi tambien. Sus cartas eran especiales, pues yo no sabia leer, entonces ella escribia algunas palabras y dibujaba otras para que yo pudiera interpretarlas. Todavia las tengo guardadas!!! :)
Gracias por remontarnos a esos recuerdos tan entrañables!!!

Besitosss

Juan Gonzalez del Solar dijo...

Abrazo muy grande, queridísima Condesa

Anónimo dijo...

Hermoso!!! Gracias a Dios yo tambien tuve una abuela a la que siempre recordare con amor, aunque no pueda ponerle tan lindas palabras a mis sentimientos.Nada es casualidad,no solo tus manos se parecen a Lila. Cuando seas abuela, a lo mejor podrás reconocerte en algunas otras cosas (obvio,no en la cocina!).Te queremos!!!

Koba dijo...

¡Qué lindo post Condesa! Gracias.
Tuve la suerte de vivir con mi abuela materna (con mis padres y mi hermana vivíamos en la casa del fondo), y tenerla para nosotros todos los días de la infancia fue un regalo del cielo.

¿Por qué todas las abuelas cocinaban rico?
Sus tortas fritas, sus buñuelos, ¡hasta sus papas fritas eran especiales!
Fue una mujer bondadosa pero de carácter fuerte, seguramente por su matrimonio difícil y porque enviudó joven. Me contó una vez que nunca amó a mi abuelo pero con los años aprendió a quererlo (ella tenía 12 años cuando su familia la dió a mi abuelo de 32, costumbres árabes).

Anónimo dijo...

Hola Condesa!, lindo post, yo no tengo tan buenos recuerdos, solo algunos, pero creo que se debe a mi ineptitud, para sentir o ver algunas cosas.

Anónimo dijo...

A otra cosa, me mata la curiosidad del mensaje suprimido.
jeje

Estrella dijo...

Condesa, entonces usted hereda de su abuela esa capacidad que tiene para contar.
Me gusta de lo reconocerse en sus manos, las manos de una abuela, tibias, calentitas y suaves.
Me gustaron también las historias de otros abuelos, sapa, koba, stella...
Habrá que agradecerles a Lila y a usted por los rrecuerdos.

ADENOZ dijo...

Me vino a la memoria la imagen de mi abuelo, el cura.

Anónimo dijo...

Gracias a Lila, entonces, por la cadena de recuerdos... (incluidos los evocados por el que escribe, que son muchos y hermosos...)

guarro: espíritu curioso... Tal vez la supresión se debe a una repetición involuntaria... O la condesa mostró su lado censor...

La condesa sangrienta dijo...

-Sapa: ¿no es bello tener una abuela con nombre de flor? también era mi abuela paterna (de la materna no guardo recuerdos tan felices. Fue madre de varones y mujeres (8). Hoy sobreviven 5.
-Stella: aprendí a escribir a los cinco años y lo 1ro. que hice fue escribirle una carta a ella. Mi abuelo, todo un personaje, merecerá otro post algún día.
-Abrazo enorme, queridísimo Juan.
-MLR:es probable que mis nietos recuerden las maravillas que hacía su abuela en la cocina con sólo abrir una caja de bizcochuelo! je
-Koba:será para mí un misterio si mi abuela amó o no a su marido. Su vida no fue fácil al lado de un escritor, periodista y poeta que la paseó por medio país y que le hizo perder todos sus campos para vivir de acuerdo a sus ideales.
-Guarro: no tiene buenos recuerdos o no tiene tantos? Yo sólo trato de no resucitar los malos.
-Estrella: al recordar pensaba en la "forma" de las manos de mi abuela pero, me dicen, también las mías son suaves y tibias.
-Adenoz: los abuelos generalmente tienen una mirada amorosa sobre sus nietos y perdonan todo. Pero ud. con un abuelo cura, tiene garantizada la absolución y el paraíso!
-Angel: a veces los recuerdos ajenos, traen los propios a la superficie.
La condesa sólo puede autocensurarse.

Anónimo dijo...

Condesa, mejor que, hasta una edad de seguridad de 16 años, sus nietos crezcan alejados de su cocina. Que tengan un recuerdo difuso de la concina y usted. O mejor, directamente uno falso del tipo "la abuela Condesa se encerraba a crear sus fabulosas tortas, pero como era humilde, no nos las dejaba probar".

Por otro aldo, como crecí alejado de mi única abuela, siento una falta en mis recuerdos de infancia.

sus nietos la recuerdan por su cocina

Anónimo dijo...

Quiero ver a mis abuelos. :(

Mañana voy.

Anónimo dijo...

Lo olvidaba: Koba, cuando visito tu blog te pienso hombre, pero cuando leo tus comments te pienso mujer.

Me vivís confundiendo. Sino fuera porque cuando leo tu blog estoy "leyendo cosmopista" en vez de "leyendo a kobayashi"...!

El Caballero de la luna dijo...

Tu texto tiene el delicado perfume que siempre -¿recordás?- tenían esas, nuestras maravillosas abuelas.

La condesa sangrienta dijo...

-Mickey: espero que la evocación de la abuela condesa y sus torpezas provoque carcajadas y recuerdo amoroso.
Estoy segura de que, más allá de su abuela, algún otro personaje querido ha habitado el país de su infancia.
-Enter: Agarre la Contessa, vaya a ver a sus abuelos y sáqueles una de esas bellas fotos que ud. bien sabe hacer.
-Siiiiiiii Caballero! ese rico y suave perfume, mezcla de talcos,polvos y colonias inglesas.
¿cómo olvidarlo?

Anónimo dijo...

A mi abuela le dicen Lala, apodo derivado de su nombre que jamás usa; apenas llega al metro cincuenta, es coqueta, mala, caústica, irónica, tiene carácter fuerte, y un gran sentido del humor, gran cocinera y hermosos ojos azules.
Heredé de ella el carácter, ser un poco bruja y aún hoy lamento no haber heredado sus ojos.

José Soriano dijo...

Que linda y delicada mano tienes para describir tu infancia y hacer aflorar la nuestra.

Como todos disfruté a dos abuelas. Una era europea y silenciosa, con cuentos cadenciosos y cantarines en lengua materna, esa que después se convirtió en uno de los idiomas en que me comunico.

Olor a lavanda y las madelaines, pain au chocolat y muchos otros. Lo mas delicioso eran sus historias de la vida y de la guerra que la trajo a la Argentina.

La otra era una abuela viuda, que viía en una casa perfumada de canela, clavo de olor, sol y arroz con pato. Maravillosa mujer que me enseño a cocinar para encontrarle la sazón norteña a comidas seculares. El postre era el kingkong o el suspiro de limeña...

gracias por hacerme recuperar los olores y recuerdo con esas manos delicadas que sospecho debes tener...

fraterno
js

Anónimo dijo...

Condesa: A mi abuela paterna no la conoci, murio un año antes de que yo naciera.
La materna la perdi en 2001, en medio del corralito y otros elementos estresantes. Era una mujer muy fuerte (directora de escuela primaria)pero tambien tenia sus momentos dulces como cuando me preguntaba cuando me iba de su casa: "¿te peinaste?" porque yo tenia el pelo hecho un bollo.
Todavia la extraño.
Silvia

La condesa sangrienta dijo...

-Glenda: a veces no se hereda el color de ojos pero se hereda la mirada. Estoy segura de que su abuela se hace la "mala" en el decir pero es bondadosa en el hacer.

-José: pareciera que los aromas dulces y suaves son el común denominador entre todas las abuelas que hemos evocado aquí. Reinas, todas ellas, en el mágico país de nuestra infancia.
Gracias por sus afectuosas palabras, le mando un abrazo enorme.

-Silvia: frases o preguntas como esas, son las que después se instalan y forman parte del código familiar.
Gracias por pasar.
¿te peinaste?

Anónimo dijo...

Sì, me peinè pero hoy con la humedad tengo un completo Frizz!

F e r n a n d o dijo...

Qué lindo nombre, "Lila", luminoso y abierto. Simple y afectuoso.

Mi bisabuela se llamaba Puri (Purificación), pude conocerla y charlar de chico con ella. Actualmente vive mi abuela Ema, que hace tiempo no visito y debería.

Los abuelos están llenos de magia, me gustó mucho lo que has escrito Condesa.

Te mando un saludo grande aquí cerquita en esta Mardel lluviosa con primavera intermitente.

Anónimo dijo...

Condesa, si bien la falta de abuelos crea un vacío raro (como dice Fernando."...están llenos de magia."), el país de mi infancia fue una especie de China. Superpoblado de gente luminosa. Algunos que me han acompañado años. A otros los que conocí solo un rato: Inevitablemente los recuerdos de unos y otros me asaltan seguido.
Fui un niño feliz, y aunque suene inmaduro, mi infancia es un territorio por el que cada tanto me escapo a hacerme un paseo.

La condesa sangrienta dijo...

Fer: los abuelos están llenos de magia y mi calle también... ¡hoy no llovió por estos pagos! (¿o sí y no me enteré?)

Mickey: creo que yo me escapo de allí para hacerme un paseo por aquí de vez en cuando, je.
Un beso.

Anónimo dijo...

Ay Condesa qué lindo recordar a mi abuela, para mi seto, como imagino que para Koba, a ella tambien la casaron a los l5 sin conocer al candidato que ofrecia buena dote.
Ella era magica, fuerte, laboriosa, dulce como sus masitas de nuez, paciente... guardo en mi corazon su mirada, su frente su sonrisa... su té de menta, sus almibares. la guardo, la extraño tantooo!!!

La herida de Paris dijo...

Llego tarde, tardísimo a este post.
Vengo de parte de otra abuella, la mía.
Me encantó su sintesis, muy pocas palabras para decir mucho.
"...Los ríos secretos de la sangre subterránea que alimenta lo que soy..." me hace acordar a un poema de Borges. ¿Cual era?.
Saludos

La condesa sangrienta dijo...

Herida de París: Nunca es tarde en el tiempo de las abuelas.
No sé qué poema será ¿tal vez The thing I am? después me voy a fijar porque me gusta mucho y es probable que haya quedado en la memoria de mi rígido.

La herida de Paris dijo...

Es este! "Los Borges"
Nada o muy poco sé de mis mayores/
portugueses, los Borges: vaga gente/
que prosigue en mi carne, oscuramente,/
sus hábitos, rigores y temores.

Ese magnífico "que prosigue en mi carne oscuramente" es lo que me trajo el eco de tus "ríos secretos de la sangre subterránea ".
Hacer rememorar a Borges, no se me ocurre elogio mas grande.
Saludos.

La condesa sangrienta dijo...

Ah sí, Los Borges!
precioso poema también, con esa idea tan borgiana de los ciclos que se repiten como imágenes en un juego de espejos.
Me gusta mucho el Borges poeta por eso, aunque excesivo, agradezco tu elogio.
Gracias Opi, te mando un abrazo.