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Cuando era chica, las vacaciones eran el felicísimo tiempo en que no tenía que ir a la escuela.
Dormir hasta cualquier hora, hacer fiaca en la cama, no tener que calzarme el uniforme y salir al frío de la mañana.
Era el tiempo de jugar sin horarios, excusada del ineludible “¡¡vení a hacer los deberes!!” que pendía sobre mi cabeza como un adoquín.
Era la posibilidad de “quedarme a dormir” en casa de una tía consentidora o de pasar unos días en la quinta de una amiga trepadas a los árboles, sucias de barro, contando historias tenebrosas en la oscuridad de la noche o encendiendo unos sarmientos secos a modo de cigarrillos.
Era un tiempo relajado, ocioso, un hacer la plancha en aguas cálidas que es el puro y perfecto no hacer.
No recuerdo a mi vieja preocupada por procurarme diversión, ni me recuerdo aburrida.
Ahora veo hordas de niños batiéndose en la promiscua comunidad de los peloteros, madres que les procuran felicidad en cajitas felices, que hacen largas colas para acceder a espectáculos infantiles y que no saben cómo detener la catarata de ofertas y los reclamos encendidos de sus vástagos.
Me los cruzo en la calle de la mano de mamá con los cachetes y los ojos brillantes de frío. Abrigaditos y apurados, tironeados como vagón de cola. Pringosos y chocolatados. Asaltados en la vía pública por enormes Power Rangers, Minnies de patas flacas y polleritas sucias o payasos que ofrecen caramelos y reparten volantes.
No puedo juzgar si este tiempo es mejor o peor, es distinto.
La blandura fantasiosa del ocio es el recuerdo más fuerte que tengo de aquellas vacaciones infantiles. El disfrute pleno del tiempo en libertad.
Hacer nada.
Dormir hasta cualquier hora, hacer fiaca en la cama, no tener que calzarme el uniforme y salir al frío de la mañana.
Era el tiempo de jugar sin horarios, excusada del ineludible “¡¡vení a hacer los deberes!!” que pendía sobre mi cabeza como un adoquín.
Era la posibilidad de “quedarme a dormir” en casa de una tía consentidora o de pasar unos días en la quinta de una amiga trepadas a los árboles, sucias de barro, contando historias tenebrosas en la oscuridad de la noche o encendiendo unos sarmientos secos a modo de cigarrillos.
Era un tiempo relajado, ocioso, un hacer la plancha en aguas cálidas que es el puro y perfecto no hacer.
No recuerdo a mi vieja preocupada por procurarme diversión, ni me recuerdo aburrida.
Ahora veo hordas de niños batiéndose en la promiscua comunidad de los peloteros, madres que les procuran felicidad en cajitas felices, que hacen largas colas para acceder a espectáculos infantiles y que no saben cómo detener la catarata de ofertas y los reclamos encendidos de sus vástagos.
Me los cruzo en la calle de la mano de mamá con los cachetes y los ojos brillantes de frío. Abrigaditos y apurados, tironeados como vagón de cola. Pringosos y chocolatados. Asaltados en la vía pública por enormes Power Rangers, Minnies de patas flacas y polleritas sucias o payasos que ofrecen caramelos y reparten volantes.
No puedo juzgar si este tiempo es mejor o peor, es distinto.
La blandura fantasiosa del ocio es el recuerdo más fuerte que tengo de aquellas vacaciones infantiles. El disfrute pleno del tiempo en libertad.
Hacer nada.
Nada más que jugar.
¿Ya no quieren eso los chicos?
¿Ya no quieren eso los chicos?
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Recuerdo las negras mañanas de sol/ cuando era niña/ es decir ayer/ es decir hace siglos.
El despertar. Alejandra Pizarnik.
25 comentarios:
Condesa, como usted dice: es distinto.
Y no se discute eso.
Pero para colmo, lo nuestro, es como lo señala su amiga Pizarnik: ... es decir ayer/ es decir hace siglos.
Mi saluda en las vacaciones de invierno era ir a Gath&Chavez, la super tienda de esa época.
Pero no era porque yo queria ir ahi, sino porque mi mamá aprovechaba el paseo para ver algun desfile de modas, mientras mi amiguita y yo subiamos y bajabamos por las escaleras mecánicas! Eso era todo, a lo sumo una coca cola y un tostado!
Ahora los padres son esclavos de sus hijos. No se de quien es la culpa... por ahi de nadie y de todos los implicados!
Besos
Mañana me voy al Planetario con los pibes, que lindo, no? ajajajaa
Mis vacaciones de invierno era de lo más diferentes a lo que pueden ser las de ahora, en esa epoca vivia mi bisabuela en el campo en Alfonso y me pasaba allí los 15 dias con mi abuela, en su casa viendo carnear cerdos y disfrutando de jugar al chinchon con mi tio abuelo o sebarle mate mientras el limpiaba el chiquero...
Hemosos recuerdos que me has traido a la mamoria... estaré vieja pero ahora no es como antes...
Besitos y felices vacaciones infernales!!!!!!
Ciertamente, ahora quiero pensar que el infierno está en el cerebro de las madres, digo, para tener un poco de esperanzas de que los niños no están tan contaminados con el consumismo.
La verdad es que yo la pasaba bien, en Junín, jugando sin horarios; o en ocasiones viajábamos a Buenos Aires por cuestiones médicas, pero para nosotros era toda una aventura.
Lo cierto es que lo que más disfrutaba (y disfruto) en vacaciones era levantarme a la hora que quería y no cumplir horarios, entonces eso de andar amontonada, haciendo colas y corriendo para llegar... mmm... no son vacaciones.
Muy bueno el temita (ita? jajá) de Janis y Pizarnik sin palabras.
Su texto? ah! jajá, buenísimo como siempre y me llevó a recordar "tiempos viejos". Un beso
Ahora las tias o abuelas consentidoras estan en escasez, te los "cuidan" o "entretienen" un par de horitas y ya está, los ritmos cambian, tienen sus cosas que hacer.
Los chicos desde la panza están mas estimulados que antes por lo tanto desde que nacen ya son diferentes...no se si mejores o peores, pero si mas demandantes, no los conformas con "hacer nada" como plan.
Ya no pretendo que disfruten de las cosas que yo disfruté de chica, se las muestro, pruebo, pero siempre termino dándome cuenta que son otra generación, otras necesidades.
Salvo que te vayas a vivir al campo y no les quede otra.
Besos.
Mickey: mi amiga Pizarnik, con su maravillosa economía de palabras, me expresa siempre con amplitud.
Stella: algunos padres les hacen ver las estrellas a pura cachetada. Lindo, claro que sí! (que te sea leve).
Gise: Mi pregunta es ésa, justamente ¿jugábamos y nos divertíamos con poco porque no teníamos tanta oferta?
Lirio: solíamos viajar a Bs.As (cuando vivimos en Mdza.) y también nos llevaban al cine, pero no son esas cosas las que me han quedado como recuerdo.
Vero: que los chicos ahora están más estimulados es muy cierto y formo parte de quienes les proveen estímulo. Me detengo a observarlos, me maravilla escucharlos y pienso ¡qué boba era yo a su edad! Es difícil plantarse frente a estos pequeños dictadores de atención difusa y reclamos urgentes que nos dejan exhaustos, pero tengo la sensación de que estamos obedeciendo a leyes de mercado que poco tienen que ver con las necesidades de nuestros hijos y eso me subleva. Resito la idea de criar consumidores.
Son tiempos distintos pero... abuelas eran las de antes!! ja.
Beso grande.
Leyendote me acorde de María Elena...
Osías el Osito en mameluco
paseaba por la calle Chacabuco
mirando las vidrieras de reojo
sin alcancía pero con antojo
Por fin se decidió y en un bazar
todo esto y mucho más quiso comprar.
Quiero tiempo pero tiempo no apurado,
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor, me lo da suelto y no enjaulado
adentro de un despertador.
Quiero un río con catorce pececitos
y un jardín sin guardia y sin ladrón.
También quiero para cuando este solito
un poco de conversación.
Quiero cuentos, historietas y novelas
pero no las que andan a botón.
Yo las quiero de la mano de una abuela
que me las lea en camisón.
Quiero todo lo que guardan los espejos
y una flor adentro de un raviol
y también una galera con conejos
y una pelota que haga gol.
Mis hijos estaban ayer en la Quebrada de Humahuaca. Ojalá no extrañen "Casi Angeles", las antenitas con estrellitas que venden a la salida del teatro, y las cabareteras que conducen espectáculos infantiles. Por lo pronto yo los extraño a ellos.
También hay muchos interesados en propagar la idea del infierno vacacional, para obligarnos a "salir a comprar", como dice Divididos.
En cuanto a nosotros,
sólo no poner el despertador en estos 15 dias sin colegio, constituyen un placer nada desdeñable.
Saludos.
Lo mejor de las vacaciones debería ser lo que usted señala.
Ese tiempo relajado, para experimentar en la cocina, para pavear de lo lindo.
Buenísima la descripción de los pobres niños, con frío y pegoteados.
Una cosa que me llama la atención últimamente: las nenas de 7,8, 9 años, vestidas como adolescentes, maquilladas, con botitas de charol... qué lástima, con lo maravillosa que es la niñez.
ya en los 90 pasaba esto; mis primos de La Pampa, que hoy tienen 13, 16 y 21 venian como locos a ver Chiquititas en teatro (me tuve que comer una funcion) y el mas grande que tenia 9-en 1996-, Power Rangers.
Y chirriaban y chillaban si a la salida no les comprabas las alitas, las fotitos o el correspondiente juguete.
ya no disfrutan los chicos como decis vos con una ramita, etc
Silvia, la prima quejosa
Es cierto lo que dicen por ahí, los chicos hoy están más estimulados. Justamente, en tiempos de vacaciones, ¿qué mejor que aflojar un poco con los estímulos? La infancia es un suspiro que sólo perdura en la eterna reminiscencia, cuando somos adultos y seguimos "estimulados" por los problemas del día a día y sin el tiempo para hacer fiaca en la cama, treparnos a los árboles o contarnos historias tenebrosas (pero ficticias, no reales como solemos hacer!) entre amigos.
Es otra época sin dudas, una época que no entiendo. No sé cuando los chicos descansan, al doble turno, las actividades extras, los deportes y los idiomas se le suman vacaciones estilo "no parar un día y tratar de ir a todos los espectáculos que se pueda". Ridículo.
Las mías, cuando no viajábamos a Termas de Río Hondo un mes entero, era calle, calle y calle (fútbol, escondidas y por qué no, algo de aburrimiento).
Coincido con Vero, las abuelas de hoy, solo lo tienen unas horitas y lo entretienen mirando tv.
Uf, este post me llevò a mi niñez cuando jugàbamos en la calle, a la escondida, al voley, pasè los mejores momentos con mis amigas del barrio..
Por aquì, los chicos no salen a la puerta, del colegio a casa y de casa al shopping... una pena..
Saludos!
Estrella, irresponsable!.
Reflexioná sobre el peligro de tus palabras (Ese tiempo relajado, para experimentar en la cocina...), sobre todo dirigidas a un auditorio con la Condesa.
O es que olvidaste los relatos de la serie Inutilísima?.
Condesa mis vacaciones eran similares a las suyas, gozábamos de la libertad y la creatividad estaba a flor de piel, nuestros juguetes eran las muñecas de trapo con mucha suerte, fabricadas por nosotras mismas y nuestros juegos fantasías que inventábamos con enorme facilidad.- Nuestros amiguitos eran no solo los del cole, sino también los perros sin marca, los gatos, las gallinas los conejos, los pájaros, los árboles, el cielo, la nieve, las montañas. No existía la compu, ni el teléfono, ni tantas autos,ni la t.v.(por lo menos en Neuquén). El teatro practicamente nulo. Cine, uno solo con tres películas al día.- Bueno, para que seguir contando.... No puedo decirte si los niños o adolecentes actuales son más felices que nosotras.- Creo que se sienten en general más insatisfechos.- Tu post me hizo sentir niña nuevamente. ¡Gracias!!!!T.M.
Vero: maravillosa María Elena para escuchar a cualquier edad cómo Honrar la vida.
Caballero: sus chicos -en la quebrada de Humahuaca- ¿habrán encontrado la vaca de la Walsh? mejor eso que las cabareteras devenidas en conductoras infantiles.
Opi: Archivar el despertador y olvidar el reloj es la verdadera esencia de la vacación.
Estre: "pavear de lo lindo" y sin culpa ¿qué mejor? las mujercitas en miniatura, merecen párrafo aparte.
Medu: supongo que antes de los 90 también pasaría con el Circo de Marrone o de Carlitos Balá, sólo que no estaba tan extendido el merchandising.
Angel: me parece que se sobre estimula el cuerpo y algunos sentidos solamente, cosa que no estaría mal de no ser incompleta.
Koba: me refería, justamente, a esa loca carrera en pos de la diversión. El aburrimiento, otra cosa para pensar. ¿es bueno que los chicos piensen que toooodo el tiempo hay que divertirse?
Loca: es muy cierto que la tv. o la pc. reemplazan la posibilidad de que los chicos puedan jugar en la calle, una pena pero hoy en día es peligroso!
Mickey: la condesa, en la cocina, se relaja todo el año y no diferencia tiempo de vacaciones para olvidarse la comida en el horno!
TM: me parece que cuando la felicidad está puesta en "cosas" es una felicidad de corta duración.
Más feliz es un niño dueño de un castillo de naipes o, como dice Ma. Elena, de una flor adentro de un raviol, de una galera con conejos
y una pelota que haga gol. Beso grande y cuídese.
Tenes razòn Condesa, siempre hubo pavadas de la industria del entretenimiento, pero parece que hoy los chicos solo se pudierna divertir con eso (pensamos los adultos, equivocadamente y presos de la disfuncion narcotizante de la TV).
Lo de la disfuncion narcotizante no es mio, lo tuev que estudiar, es una categoria de analisis semiotico delos medios.
Besos
Estoy re contenta, acabo de llegar de teatro, un balsamo para mi alma.
Medu
Uf, cierto Mickey, pero según la Condesa su ser inutilísima no varía en las vacaciones de infierno, así que me relajo un poco.
Lo dije porque me acuerdo de que a mis hijas les hacía "masa" y con eso se entretenían todas las vacaciones en la cocina!
Me encantó el comentario de M.T.
Son otros tiempos, e mi época sólo disfrutabamos el no hacer nada, o hacer mucho deporte, jugar, jugar a cualquier cosa en casa entre hermanos. Nosotros nos construiamos nuestras propias vacaciones, teniamos todo el día para JUGAR ENTRE NOSOTROS, ENTRE AMIGOS. No demandabamos nada. No necesitabamos que alguien nos divirtiera. Hoy hay una invasión de oferta de espectaculos de todo tipo, y seguramente sea dificil negarse a la demanda de los chicos.
Hay un detalle que me parece interesante Condesa. La infancia de muchos de nosotros estuvo también relacionada con la "libertad". Esa rara sensación de jugar en la vereda, en la calle y entrar y salir de casa sin mirar hacia los costados.
"Ya vuelvo" en vacaciones, podía significar unas tres o cuatro horas de vagabundear de casa en casa, merendar unas cuatro veces por tarde, e incluso -como en mi caso- salir en las noches de verano a buscar luciérnagas.
No había padres desesperados, ni celulares, ni cajitas felices y menos, peloteros. Y los juegos surgían espontáneamente entre los chicos.
Vivo en una zona residencial calificada como "A". Hace diez años mi hijo (entonces tenía ocho) fue asaltado a punta de navaja. Al año siguiente y de la misma forma robaron su bicicleta y con el tiempo, la robaron nuevamente y cuatro veces más.
Aunque ya no es un niño, todavía me entristece saber que nunca disfrutó la plenitud de una infancia en libertad.
Mi cariñoso saludo para Usted!
Medu: qué interesante eso de disfunción narcotizante, es lo que mi amigo M. describe como "un mar de conocimientos...de 2cms. de profundidad"
Te felicito y me alegra que hayas comenzado teatro, debe ser una hermosa experiencia!
Estre: querida amiga, usté a esta altura debiera saber que la
Condesa no se toma vacaciones porque, en la cocina, vacaciona todo el año.
Conocido: nuestros tiempos de libertad carecían de ofertas y de peligros (o de paranoia). Los chicos de ahora no pueden jugar en la calle, las colonias de vacaciones están sospechadas, el agujero de ozono impide que estén al sol sin protección...ay! entonces vamos por la tele, los videojuegos y los espectáculos infantiles ¿qué otra cosa?
Susana: además de fumar sarmientos, también atrapaba luciérnagas en un frasco, en las noches mendocinas de Chacras de Coria.Qué bello recuerdo!
La otra parte de su comentario, como la de otros, habla de la "libertad" y creo que ése es el punto. Los peligros de la calle y nuestras urgencias adultas apresan a los niños con cadenas luminosas y musicales.
(Culpen a la gripe por mi tardanza en responder)
Los tiempos cambian...
Hoy pocos padres se animarìan a dejar a sus hijos jugar en la manzana de la casa donde vìven, como lo hacía yo, producto de la inseguridad.
Tambièn el consumismo es cada vez mayor, los chicos (y padres) cada vez se comparan más por lo que tienen. Como todavìa tenès la playstation 2 y no la 3. Como no tenés una nootbook o un celular bonito, a tu hijo todavìa no le diste celular? Tambièn caimos esclavos de las comunicaciones, cada vez charlamos menos cara a cara y cada vez nos expresamos màs por estos medios.. Chat, blogs, SMS, etc No llamamos por tel., sino, que mandamos mensaje. màs barato? quizà.. más facil evitar la conversación con la otra persona? segurmente... Hay gente que le hablas de amigos y son todos por chat, como se explica? Y por último, hoy en día es mucho más fácil para muchos padres tirarlos adentro del pelotero, ponerlos frente a la playstation 4 horas y despreocuparse por sus hijos que tener que "sacrificar" tiempo junto a ellos en una plaza con este frìo, u otro tipo de diversiòn, que estoy seguro, al hijo le encantarìa, pero a muchos padres molestaría...
... si le digo que su narración de "aquellas" vacaciones me emociona ..... me creería ?
Con seguridad soy más joven, pero me emociona igual.
Ahora bien .... cómo se puede escribir tan lindo, ser tan piola y .............. gustar de Alejandra Pizarnik ?
Misterios de la vida, misterios de mujeres.
Por supuesto, Caballero anónimo.
Bravo, Condesa.
Bocho: los tiempos cambian pero algunas cosas podemos cambiar.
Pachu: como dijimos más arriba, la inseguridad también ha quitado la posibilidad de jugar en la calle.
Caballero anónimo: No. No creo que se haya emocionado, ni creo que me considere tan piola pero siga mientiéndome que me gusta!
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