24 de octubre de 2010

Intermezzo

.(♫)

Parada en el vano de la puerta, contempla la silueta recortada a trasluz en la ventana y sostiene la respiración para no turbar el minuto que brilla detenido sobre el perfil concentrado.
El sol delata la suave pelusa de las orejas, la barba apenas rubia y el cabello algo crecido como a ella le gusta.
Luces y sombras sobre la nariz romana, inventan un artificio particular en la cuenca de los ojos y revelan la frente amplia, ajena ahora de preocupaciones, el cuello firme y el torso inclinado sobre el libro.
Motas de polvo suspendidas, habitan la luz oblicua que acaricia en oros la figura amada.
El silencio amodorrado de campanas mudas se sacude sin ruido ni sorpresa para despertar la mirada verde que cruza la habitación.
Y, de repente, todo comienza a moverse lentamente.

..º..

Yo sé que existo porque tú me imaginas.
Muerte en el olvido.
Ángel González


15 comentarios:

brasil dijo...

"El silencio amodorrado de campanas mudas se sacude sin ruido ni sorpresa para despertar la mirada verde que cruza la habitación.
Y, de repente, todo comienza a moverse lentamente."

Y si, despues de una goleada cuesta arrancar de vuelta...

La condesa sangrienta dijo...

¿silencio amodorrado? se ve que no estuviste atento a la hinchada del Ciclón, cariño.

brasil dijo...

ese "cariño" es lo más parecido al materno "marmota" que recibía de vez en cuando en mi niñez.....

Yoni Bigud dijo...

Magnífica descripción. Y me pareció muy bien coronada por la frase final.

Muy bueno.

Un saludo.

PS: Los cantos de la hinchada son irrelevantes.

La condesa sangrienta dijo...

brasil: ajá. y por esta vez, va sin palmadita en el coco ;0)

Yoni: irrelevante...sus primas! je

Estrella dijo...

Yo sé que existo porque tú me imaginas: qué bien dicho.
Igual que esa descripción de la figura amada.
Muy lindo.

Rob K dijo...

"Motas de polvo suspendidas, habitan la luz oblicua que acaricia en oros la figura amada."

Qué delicadeza tienen esas palabras.

Betina Z dijo...

Ah, esos momentos que se disfrutan así, conteniendo la respiración. Así de levísimos, de inasibles son. Así de extraordinarios.
Lindísima descripción, Condesa.

PS: disculpe si me reitero con los adjetivos (lindísmo, bello, precioso y hermoso) referidos a sus post, pero es su culpa, Condesa... ¿a quién se le ocurre ser tan reiteradamente buena escribiendo? ;o)

La condesa sangrienta dijo...

Estrella: qué poeta Ángel González!

Rob K: tnx

Betina Z: disculpe si me reitero con las gracias: gracias!

La herida de Paris dijo...

Creo que ciertas lecturas aportan al lector un especie de halo energético mientras se consumen. Para mi que el tipo estaba leyendo Proust.

Saludos

Alelí dijo...

que momento más hermoso, plasmarlo así es retenerlo, es seguir sintiendo el perfume aunque está lejos.

me gusta el cierre, me gusta la foto, me gusta lo que cómo lo está viviendo.

beso beso

La condesa sangrienta dijo...

Opi: él leía a Proust y ella encontró el tiempo perdido.

Alelí: instantes mágicos.
beso beso

Carlos G. dijo...

Esos rayos de luz en los que flotan pequeñas motas de polvo siempre me han parecido mágicas.
Gran descripción la suya, parece un Rembrandt :)

La condesa sangrienta dijo...

Carlos G: compararme con el maestro de la luz resulta tan excesivo como placentero, gracias!

Marina Judith Landau dijo...

Cuánta magia, cuánta belleza!!
Bellísimo, Condesa!!
Un abrazo.