18 de febrero de 2012

Siempre Que Lloví, Paré

(♫)

Todas estas semanas, el Servicio Meteorológico venía prometiendo lluvias que el sol agobiante se encargó de desmentir. Sólo la luna, alguna noche, robó unas pocas gotas para la sed de su garganta azul; pero desde esta madrugada, truenos y relámpagos empezaron a batir los parches del alivio húmedo que pintó de agua el cielo de mi ventana.

Ajena a la meteorología me anticipé al gris y lloví, ayer, un solitario diluvio que no pudo apagar los fuegos, ni la sed.
El pronóstico anuncia sol y quiero creerle, pero no dice cuándo.
Será, tal vez, un pronóstico reservado.

..º..

Yo se que ver y oír a un triste enfada/cuando se viene y va de la alegría/como un mar meridiano a una bahía/esquiva, cejijunta y desolada.
Miguel Hernández


11 comentarios:

Rob K dijo...

Lo malo es querer llover y no saber cómo. O porqué.

Que le escampe, Condesa.

Cocorastuti dijo...

Que las lágrimas se vuelvan gotas de lluvia, que lo que pertenece a la Naturaleza sea Naturaleza. ¿Acaso otra cosa se puede hacer...?

Mari Pops dijo...

hace tiempo que me cuesta llover, temo a las inundaciones

La condesa sangrienta dijo...

Rob K: Gracias. (a veces llueve con sol).

Cocor: nada se puede hacer, la Naturaleza cumple ciclos y somos parte de ella.

Mary: ¡tampoco es cuestión de abrir el paraguas antes que llueva!
un beso

Betina Z dijo...

No hay mal que llueva cien años, condesa! Y ¿qué sería de nosotros si no nos permitiésemos alguna garúa de tanto en tanto?...
Igual estese atenta: es probable que, además de llover, también ande ud arcoiriseando por ahí sin darse cuenta :)

Beso grande

Lirium*Lilia dijo...

Hola Condesa!

Anteanoche dejé una lágrima en su post anterior... se la tragó la red.
A partir de ahí me permití llover otras orfandades no tan dolorosas. Y la lluviecita marplatense acompañó la mía trasnochada, balconera, solitaria.
Llover me sana, quizás sea la sal. Llover sin inundarme, llover por extrañar a quien se fue pero se sabe que alguna vez volverá, llover esos huecos que quedan en el costado.
Permítase llover, condesa... sin exageraciones (mire quién se lo dice).

Alguna vez le dije que su blog para mí es el mejor y lo siento un poco mío?
Un beso, condesi, la quiero y la abrazo.
Chauci

Lirium*Lilia dijo...

Habrá llegado el anterior? O lo habrá secado el solcito?

Anónimo dijo...

Condesa querida.

Nada màs liberador que dejar que llueva, sea donde sea. Al menos eso aprendì y no hace tanto tiempo y las explicaciones las doy a quien realmente me importa, los que son capaces de comprender, no tienen la necesidad de preguntar.

En definitiva, la lluvia es una necesidad, para el campo y hasta el alma, purifica, sana y renueva.

Ayer un diluvio y una granizada me agarro en plena ruta, y acà estoy a Dios gracias y muy bien.!!

Le mando un abrazo grande.

La condesa sangrienta dijo...

Betina Z: tiene razón, no hay trueno que dure 100 años ni lluvia que no se acabe. En ocasiones llueve con sol y en vez de distraerme con la vieja y sus esponsales, estaré atenta al arcoíris :0)

Lirium: el agua, en cantidades prudentes, sana, limpia, refresca y cura (y la que no has de beber, déjala correr).
Somos varios los que por aquí padecemos estas orfandades, no hace falta decir mucho, no?
¿y cómo no va a hacer casi suyo este blog si anda papercuteando desde hace tanto?
ja, un beso. yo también la quiero

VeR: ud. también sabe de esto ¡qué le voy a explicar!
Me permito las lluvias que son como algunas lluvias tropicales:copiosas, caprichosas, sorpresivas y cortas.
Granizo en plena ruta...ud. bien pero ¿el auto?
beso grande

Anónimo dijo...

who would have believed it...

nada de nada, inmaculado. Al parecer las piedras no eran tan grandes como para dañarlo, suponìa que al bajar encontrarìa un colador, pero no, la suerte sigue de mi lado :)

Beso grande.

La condesa sangrienta dijo...

VeR: :0)