19 de julio de 2007

E.R


El tiempo, detenido en medio de las entrañas de nuestra urgencia, se estrella contra la pausada calma de médicos y enfermeras. Al ritmo sistólico de la espera que golpea en las sienes, espiamos algún gesto que desarticule los miedos.
Aquí el tiempo transcurre lento, espeso, pesado, sordo; se mide en pulsaciones, miligramos, latidos, dosis o glóbulos. Las horas se expresan por la claridad en la ventana o los cambios de guardia; el reloj marca a ciegas su ronda por el cuerpo dolorido, por el frío en la espalda, el café oportuno, la pregunta sin respuesta o la roca en la panza que es hambre o angustia.
Una dimensión ajena con coordenadas propias. El Aion.
Al cabo de dos días, una serie de minúsculas victorias nos premian con el billete de regreso a casa. La calle abre su puerta a la vida y el tiempo conocido regresa a nosotros regalándose otra vez.

Manos de mujer le acomodaban la cabeza, sintió que lo pasaban de una camilla a otra. El hombre de blanco se le acercó otra vez, sonriendo, con algo que le brillaba en la mano derecha. Le palmeó la mejilla e hizo una seña a alguien parado atrás.
La noche boca arriba, Julio Cortázar.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Mientras leía, no pude evitar cierto escalofrío, al acordarme de esos días amargos.

Luigi dijo...

Por cuestiones familiares, me ha tocado estar de los dos lados... en los hospitales se ven las caras de felicidad de los que salieron ganando... y las caras sin forma de los que salieron perdiendo.

Anónimo dijo...

Condesa, cuando te miraba tan compenetrada en el teclado, nunca imagine que en medio de tanta revolucion familiar, pudieras plasmar con tan lindas palabras tus ideas.Alguna vez te dije que te admiro y que te amo??Es un buen momento!

La condesa sangrienta dijo...

Estrella, gracias por pasar aunque lamento haberle provocado tristes recuerdos.
Así es Luigi, casi todos hemos estado en ambos lados, así que en cualquier momento posteo sobre el otro, le parece?
MLR...qué sorpresa!!!
y siempre es un buen momento, Don Niembra, para decirle que la escritura es mi cable a tierra y que también la amo con todo mi corazón.

Roedor dijo...

Uf, pedazo de tema. La experiencia que me mató hace poco fue recorrer una conocida e importante institución de salud por temas de laburo, enterita, todos los pisos, todas las áreas, y ver gente en esa actitud, totalmente reconocible e identificable con experiencias mías. Estaban ahí, y yo los miraba como si fueran humanos de otra galaxia, u otra especie. No era rechazo. Eran distintos de mí en ese momento. Eran iguales a mí en otro. Dos mundos.

Anónimo dijo...

me van a hacer llorar estas dos pelotuchas diciendose que se aman! jajaja
las amo too!
que se sume quien quiera.
Con respecto al post condesssss, espero que el proximo sea festejando y con la alegria de saber que nuestros seres queridos gozan todos de buena salud.

El Caballero de la luna dijo...

Conocí a enfremeras que eran ángeles transfigurados. Médicos siniestros y otros que tenían el secreto de la vida de mi padre en sus manos. Pero hospitales y sanatorios siempre me parecieron un ámbito diferente, como lo son las estaciones terminales de tren. En esta, vienen y van al misterio supremo. Por eso intimidan. Muy buen texto, como habitualmente.

Anónimo dijo...

Madame se la ve triste, ánimo!!!! esto tambien pasará... dicho sabio si lo hay.

Mientras tanto como dice Estrella un frio corre por mi cuerpo, días largos que no pasaban, ángeles rosados que me contenían, medicos diabólicos que en dos minutos daban el parte con una cantidad de palabras imposibles de recordar, y yo terminaba preguntando... estará bien y ellos, hacemos lo posible. Todo el universo está ahí, toda la bondad, y toda la indiferencia, todo el arsenal de cinismo y el de comprensión. Despues de aquella experiencia todo cambió, no pude ser la misma.

La condesa sangrienta dijo...

Roedor, es eso exactamente.
Iguales y distintos según los tiempos.
Caballero, es tan cierto lo que dice de las terminales, que espero su post al respecto en cuanto regrese de las vacaciones.
Filo querida, en este momento creo que tengo más cansancio que tristeza, tal vez porque las emociones cansan. Yo "vuelo bajito" un rato pero enseguida remonto, ya verá.
MBR, vamos bien, despacito pero vamos bien.

Anónimo dijo...

La perspectiva de las dimensiones personales y como se ve ese lugar, a donde uno va a dar la bienvenida o a despedir a las personas. O donde uno va asistir a un espectáculo de lucha, siendo luchador o esparring, es una inexorable parte de esta vida...
Condesa que lindo que mirás, con ánimo o sin él. Jamás lo ubiera pensado tan poeticamente.

Anónimo dijo...

Uf, ...como la mayoría de los que andamos comentando por acá, estuve de los dos lado, llegué a estar de los dos lados en el mismo momento, en una experiencia que me ha dejado exhausta y con un leve pánico a las instituciones hospitalarias, tienen un olor "especial" nauseabundo. Siempre que voy a alguna temo que me dejen ahi adentro

Estrella dijo...

Condesa, si podés pasá, me interesa tu opinión...

F e r n a n d o dijo...

Todo un tema la salud. Cada uno con sus enfermos, luchando por la vida.

Felicitaciones por el blog marplatense!

Anónimo dijo...

AMAMOS TANTO A LA CONDESA!!!

(y a Glenda, claro, no se ponga celosa..)