No puedo disfrutar de la alegría linda de ser muchos cuando hay desorden y el bullicio se instala en horario continuado.
Ya estoy grande, pienso.
Todos en realidad estamos grandes, pero la casa sigue siendo la misma y no ha crecido a la par de los cuerpos, los nuevos miembros y las cosas que cada uno trae consigo.
Trabajar en casa tampoco ayuda, es como tener la oficina sobre la vereda de una calle céntrica: banco, farmacia, bar, restaurant, colegio, hotel, hospital, cine, tintorería… todo ocurre allí en un continuo que no conoce ni feriados.
Como en la calle, el ritmo decrece durante algunas horas y el latido vital se sacude con algunos pasos de madrugada o una tos que le ladra al silencio.
Pequeñas tragedias cotidianas, digo.
Me corrige diciendo que para que haya tragedia debe ocurrir una muerte.
Tiene razón en el sentido literal y tengo razón por cuanto suceden algunas pequeñas muertes que el resto desconoce.
Tal vez por eso, en esos duelos, la alegría linda de ser muchos resulta anacrónica.
..º..
Merezco algo mucho mejor. Un hombre que brinda tanta ternura y buen humor merece una esposa hermosa e inteligente. No se me ocurre pensar que mi pareja es objeto de análisis profundos, ni que otras mujeres que conozco tienen sus arranques de mal humor.
Diarios. John Cheever.
26 comentarios:
Y sí, pasa en las mejores familias... también en las peores vidas... Pasa pero no pasa: sucede.
Claro que no es como para terminar como la de Mr Jones, no?
Y trabajar en casa tiene lo positivo y lo otro también... como trabajar fuera...
Disfruto mi soledad, siempre la disfruté... hoy preferiría no estar sola...
Uff... cuánta disconformidad no?
En cuando a las pequeñas muertes que el resto desconoce... desconoce o prefiere no conocer?
No me dé bolilla... a ver si la sangre termina manchando el tapizado jajá!
Qué lindo el tema de Mc Cartney-Ringo... no preguntaré para no pecar de indiscreta pero afortunado el señor.
Un beso. Esta vez espero ser yo y no la bigotuda... así andamos en la covacha, encima con internet en cuotas jajá.
Hey Condesa, que prolífica está esta semana.
Anda con tiempo o inspirada?
Estas hecha mierda o cagándote de risa o ninguna de las dos pero igual te mando un abrazo!
y si, esas muertes invisibles para otros tan reales para nosotros...a veces duelen otras alegras, otras todo junto!
beso beso
Lirio: soy la condesa sangrienta aunque la sangre no llega al río, ni siquiera al tapizado, dont worry. La escritura es una catarsis pero, como en los sueños, hay imágenes que están distorsionadas o hiperdimensionadas.
Y para que no peque de indiscreta, no le voy a contestar! ajja
Conocido: aunque no lo crea, con menos tiempo que nunca y necesitando líneas de fuga.
Adiviná Luchito, adivina! también te mando un abrazo enoooormeeee
Alelí: en mi caso, las muertes siempre duelen y cuanto más si no se manifiestan.
beso beso
Buen día, Condesa. Te leí en "Ni muy muy ni tan tan" y curioseando llegué a tu blog. Me gusta mucho lo que escribís (y las fotos!).
Hablando de pequeñas muertes, te sugiero la lectura de un cuento (tal vez lo conozcas): "La mujer de Liñares", de Vlady Kociancich.
Saludos!
Hola Betina, bienvenida y gracias.
No conozco el cuento de Kociancich ¡voy a buscarlo!
saludos.
No creo que existan las muertes pequeñas.
Poco ruidosas talvez. Prolijas. Sin escándalo. Pero bueno... del mismo tamaño que las otras.
Un saludo.
Qué atrapante modo de escribir tiene Ud., de quien todo ignoro salvo este blog que hoy descubro. Leerlo es un gusto que habré de repetir.
(Entre paréntesis: no sé si la frase que da subtítulo al blog es una cita, pero el sentido me recordó a Javier Marías cuando dice "Calla, y entonces sálvate" - dedica un largo párrafo al tema en "Tu Rostro Mañana").
A mí me pasa lo mismo: nunca se baja la persiana.
¿De ahí nuestros encuentros por la madrugada?
Esas palabras de Cheveer... (habrá sido tan fría la esposa?).
Condesa, por las dudas le recuerdo que desde hace unos milenios el familicidio no es bien visto en occidente.
Estrella, sin saber a cuanto elevaba el termostato la Sra. Cheever, no le hagas mucho caso al marido.
Además de ser injustos con nuestras chicas en general; este en particular, tengo entendido que en ese plano, estaba condenado al inconformismo.
Yoni: muy cierto eso. pequeñas en cuanto al ruido, no en intensidad.
dos saludos.
Robert K: bienvenido y gracias por pasar.
aquí explico un poco de qué va la cosa, no sé si es alguna cita pero de algún lado lo saqué y es lo mismo que dice Marías. No conozco ese texto, lo buscaré.
Estre: jajajaj sí! dicen que es la hora de las brujas pero cuánto la disfruto!
Creo que Mary debía soportar las depresiones, las borracheras y la incertidumbre sexual de su marido. Como para no estar de malhumor!
Mickey: por eso hago catarsis acá, sabrá perdonar.
Condesa, aquí está el cuento que te nombré: http://www.abanico.org.ar/2010/04/kociancich-mujer.html
Betina: Me gustó muchísimo y lo guardé. Precioso texto, gracias por traerlo. Un beso
Condesa, no se preocupe!
Por el contrario, la catarsis (tema que persigue a su blog hace un tiempo) es bien recibida en el último siglo y pico por acá.
Es más, se la a alienta! Y algunos, hasta cobran por ello!!!!!
Acá, por las dudas, es gratis...
Me alegro que te haya gustado, soy bastante fan de doña Vlady. Otro beso.
Mickey, es que en su diario, Cheever se queja sin parar de su mujer. Creo que tiene razón la condesa, convivir con un hombre con las características suyas, sumadas al hecho de que se trata de un escritor... y sí, pobre Mary.
Ah! El perenne y sofocante rito de realzar la tenue sombra agobiante de la social mermelada diaria. Qué chocante resulta a veces la pantagruélica noción boscosa de tu lupanar escondido en áreas del cerebro que Silvio o Rolando aún perpetúan bajo etiquetas efímeras y chauchas. ¿Solución? Si tu reproductor de eme pe tres es a pilas, en cualquier quiosco puedes revivirlo. Puede que no tenga razón.
Julián: el verdadero problema reside en que no tengo eme pe tres...!
Envenenémosnos!
Aunque no lo significo con la importancia tal; es solamente una treta para utilizar esa palabra tan poco habitual. ¿Tus sábanas o mis caderas, bonita?
No gracias, la palabra se me quedaría atravesada en la garganta.
¿la pregunta no debiera haber sido al revés?
mis caderas y tus sabanas ?! .. jajaja.. eso se parecio mucho a un fallido...
Oh! Condesa, si le place más lo tradicional (hablando de alienación y vida cotidiana), yo traigo las sábanas... ¿O es que las caderas de un hombre (y culto) no le placen?
Anónimo ¿qué has dado por fallido? Cuenta!
Anónimo: !
Julián: no voy a contar aquí que es lo que más me place, pero no hago un culto de las caderas de hombre precisamente, por más culto que éste sea ;0)
me pa que te falla el que te jedi.. jajaja
Ah. Ja ja ja. Qué picarón!
Estimada Condesa, la conmino a que se esté por mis cultos blogs. ¿Ha? Besos en sus ciervos de bronce y mármol.
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