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Vitello Tonnato,
porque las ordas cool se han encargado de desprestigiarte,
yo te canto.
El imaginario popular te asocia a la Navidad y reivindico tu lugar de honor en las mesas argentinas.
Bienvenidos el hojaldre de langostinos o los salmones marinados; pasen, acomódense entre las ensaladitas de rúcula y cremas de maracuyá
así como en la fiesta del Niño se codearon reyes y pastores para compartir oro y pan, incienso y bosta, mirra y vino.
Vitello Tonnato,
ni tu nombre afrancesado pudo salvarte del sarcasmo modernista.
Yo te canto en nombre de esas abuelas y tías que te convocan, cada año, en una ceremonia de afecto a la carta, resistiendo desde la trinchera de la tradición, el avance de las nuevas tropas del paladar que ya plantaron su bandera.
Vittello Tonnato,
tan argentino en tu perfume Mediterráneo, no permitas que te dejen afuera con el argumento de que se achicó la mesa o porque la moda dicta otra cosa, porque no sos una moda.
Sos un modo.
Un rey plebeyo coronado de alcaparras, ejerciendo monarquía parlamentaria.
Larga vida al rey.
..º..
Con matambre se nutren los pechos varoniles avezados a batallar y vencer, y con matambre los vientres que los engendraron: con matambre se alimentan los que en su infancia, de un salto escalaron los Andes, y allá en sus nevadas cumbres entre el ruido de los torrentes y el rugido de las tempestades, con hierro ensangrentado escribieron: Independencia, Libertad
Apología del Matambre. Esteban Echeverría